Dentro de los juguetes sexuales, las bolas chinas se han posicionado como un artículo bastante extendido, y cada vez son más las mujeres que las utilizan tanto solas como en compañía.
También conocidas como bolas de geisha, se trata por lo general de dos esferas de pequeño tamaño y peso ligero que la mujer se introduce en la vagina y que en su interior contienen otras bolas más pequeñas que crean el vacío. Gracias a esto, y activadas con el movimiento al caminar o realizar cualquier tipo de actividad, las bolas interiores golpean con las exteriores produciendo un efecto vibratorio que da como resultado una sensación muy placentera y erótica para la usuaria. Su comodidad y facilidad de uso hacen que sean ideales para utilizarlas cuando se realizan otras actividades, aumentando la sensibilidad y el placer.
La utilización de las bolas chinas puede formar parte de los juegos previos al acto sexual, para formar parte de determinadas fantasías o bien simplemente para la masturbación femenina. Asimismo, muchas mujeres las utilizan como artículo anti-estrés por su efecto relajante y placentero, estimulando su percepción del autoplacer. Incluso se han utilizado también con fines terapéuticos para la realización de ejercicios musculares para el suelo pélvico, mejorando así los problemas de incontinencia urinaria sobre todo en mujeres menopáusicas.
¿Cómo usar las bolas chinas?
Para usar las bolas chinas lo primero y más importante es tener una buena higiene y lavarlas con agua y jabón neutros, y dejarlas secar al aire, repitiendo esta operación cada vez que se utilicen. Asimismo, siempre hay que asegurarse de que estén derechas para su uso, porque si están torcidas su efecto será mucho menor.
Para introducirlas en las vagina, sobre todo si se utilizan por primera vez, es aconsejable usar lubricante que tenga una base acuosa, o bien frotarse el clítoris para obtener una lubricación natural. Cuando se introducen, la operación es similar a la que se realiza con los tampones (por eso es conveniente tener una pierna ligeramente alzada o en cuclillas en las primeras veces), dejando un pequeño cordón por fuera de la vagina, para retirarles correctamente. Hay muchas mujeres que al principio notan una sensación también conocida al utilizar tampones, como si las bolas se fueran deslizando por la vagina y se fueran a caer, pero esto se va corrigiendo progresivamente a medida que las paredes de la vagina se vayan haciendo más fuertes.
Las bolas chinas de calidad están fabricadas en materiales elásticos totalmente inocuos para el cuerpo y testados dermatológicamente, para evitar reacciones adversas. Son muy resistentes y el cordón central es irrompible, por lo que es totalmente seguro utilizarlas. La superficie de estas bolas es suave, mate y sedosa, y están disponibles en varios colores, según el gusto de la consumidora. Su uso es muy discreto y silencioso, por lo que nadie notará que están funcionando, salvo la propia usuaria. Su utilización debe ser progresiva y empezar por unos pocos minutos al día, aumentando este tiempo según se vaya mejorando la fortaleza de la vagina.
Es importante saber que para juegos sexuales en los que existe intercambio de este tipo de artículos se debe utilizar el preservativo, puesto que pueden ser vía de intercambio de fluidos y podrían dar paso a infecciones. Por eso, los fabricantes insisten en su uso íntimo y personal, y en extremar las medidas de higiene debido a la delicada zona en la que se introducen. Pero están altamente recomendados por especialistas médicos no solo para el placer sexual, sino para recuperar la firmeza de la vagina tras accidentes, embarazos o simplemente la implacable acción del paso del tiempo.