Conocer, implica muchas veces que se busque el rol dominante, pues da seguridad, autoridad, y por lo tanto dominio. Si se conoce, se hace más rico el juego sexual. Cambiar de posiciones implica tener una relación más larga y diversa.
Mistress Terry explica en su blog:
“En la dominación femenina, el derecho de la mujer sobre el hombre es indiscutible, pero a menudo se olvida de que solo estamos hablando de aspectos sexuales y de aspectos de la vida que sean susceptibles de transformarse en juego erótico.”
“El dominio de la mujer debe basarse en el sexo, es su poder erótico (…) pero si basamos nuestro poder en latigazos, infidelidades y humillaciones sin sentido, creo que a lo más que podremos aspirar será a que siga siendo objeto de actividades clandestinas y relegado a funciones de clubes especializados… Algo más serio que todo eso.”
En sí misma, la Dominación o sumisión proviene de un instinto animal donde existe el contacto físico. En el caso de los animales superiores, la D/s se trata de un mecanismo inconsciente que regula la jerarquía de los animales, como ocurre con las manadas de lobos o de monos. En ellos solo basta que el dominante haga un gesto agresivo, para que el otro muestre su sumisión mediante claros indicadores de vulnerabilidad.
La mayoría de los D/s buscan en estas prácticas un estilo negociable y que haya cierta intensidad, confianza e intimidad, que son las necesarias para permitir que una relación sea posible con puntos en común. No hay que esperar recompensas, aunque vaya a obtenerlas; su determinación ha de venir de esta entrega, aunque la gratificación bien administrada por parte del amo y puede que aprecie el regalo que le ofrece la persona sumisa. Puede que sea un ingrediente esencial a la hora de que el sumiso pueda seguir superando sus límites para entregarse por completo.