Para muchas parejas, la rutina se ha convertido en el peor enemigo en sus relaciones sexuales; el estrés y la falta de tiempo han propiciado que a veces nos olvidemos de disfrutar de algo tan importante como el sexo. Por eso, incorporar juguetes sexuales a las relaciones ha dejado de ser un tabú para convertirse en una realidad común para miles de personas. En otros casos, y si no se tiene pareja, también se puede disfrutar del sexo de forma segura y placentera utilizando alguno de estos artilugios.
Entre los artículos más utilizados se encuentran los vibradores, especialmente diseñados para el placer de la mujer. Están hechos con materiales de alta calidad, incluso algunos metales preciosos como oro o platino, con incrustaciones de piedras preciosas también. La mayoría sin embargo se componen de silicona, que es un material que simula casi a la perfección el suave tacto de la piel. Es una sustancia no porosa que no necesita ningún tipo de cuidado ni de mantenimiento especial, simplemente hay que limpiarlo antes y después de cada uso con agua y jabón de ph neutro, o bien si se prefiere con limpiadores especiales para juguetes sexuales, de venta también en tiendas eróticas especializadas. Así, el usuario puede disfrutar de una experiencia terapéutica, elegante y placentera.
Hoy en día estos juguetes eróticos son bastante silenciosos y muy discretos, se puede regular su intensidad a través de botones luminosos para modificar la velocidad incluso en la oscuridad. Existen varias funciones de vibración, otras de intensidad o velocidad e incluso de pulsaciones, para satisfacer los gustos de los más exigentes. La punta de estos vibradores es ligeramente curva para alcanzar el punto G con mayor facilidad, y tiene los relieves ondulados para adaptarse mejor a los contornos de la vagina de la mujer. Son aparatos ergonómicos que poseen gran flexibilidad, transmitiendo así el estímulo adecuado a cada zona concreta. Además, son resistentes al agua y se adaptan rápidamente a la temperatura corporal del usuario, con lo que se mejora la experiencia del uso.
En cuanto a los precios, los hay tan variados como diferentes tipos de vibradores. Desde los veinte euros de los más sencillos hasta los miles de euros que cuestan los vibradores de lujo, la gama es infinita. Entre estos últimos, están los fabricados en acero inoxidable y bañados en oro de hasta dieciocho kilates, que estimulan gracias al suave roce del metal contra la piel. Hay otros que son réplicas casi exactas de penes erectos, del mismo color y con glande y escroto incluidos. El tronco lleva incluso relieves de venas para que la sensación sea más real, y poseen aditivos antibacterianos para evitar infecciones. Tienen varios tamaños, aunque el más vendido es el de medidas estándar, es decir, de media quince centímetros de longitud y cuatro de grosor. También los hay muy pequeños y discretos, transportables a cualquier lugar, que caben incluso en la palma de la mano. Se cargan con batería y tienen una autonomía de funcionamiento de incluso horas, con un suave y satinado tacto. Se guardan en pequeñas cajitas de lujo, luciendo como si fueran joyas.
El uso de estos artilugios vibradores puede hacerse tanto a solas como acompañados, pudiendo formar parte de la rutina erótica de la pareja o como forma de autoplacer cuando nos encontramos sin compañía. También, para el disfrute de parejas lésbicas existen los vibradores dobles, que permiten dar placer mediante la estimulación del clítoris al mismo tiempo para ambas usuarias. También los hay dobles para estimular al mismo tiempo tanto el clítoris como el punto G.